La inversión en infraestructuras sostenibles es un factor clave para la renovación integral de equipamientos y sistemas destinados a servicios básicos para la sociedad y que hoy se encuentran desfasados.
Esta ha sido la principal conclusión extraída del IV Congreso Internacional de Sostenibilidad, donde expertos contaron sus experiencias y analizaron las acciones que ejecutan las empresas para mitigar su impacto ambiental.
Dentro de las conclusiones del congreso, se hace referencia a la necesidad de que las administraciones públicas deben de facilitar la transición hacia una economía sostenible de la mano con la población en general. Un cambio que debiera empezar con la reducción del gasto en energía, el uso de las renovables y trabajando profundamente en un cambio en la formula de trabajo en los sectores claves para la descarbonización como son el transporte, la industria o la construcción (en al ámbito de la vivienda).


